Tras su ordenación, Yonatha Rodríguez estuvo como vicario en Santa Teresa del Tuy durante tres años en la parroquia Santa Teresa de Jesús, con roles de acólito, de diácono y de presbítero. Luego fue ordenado sacerdote en la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Cúa, pasó a vicario de Ocumare y finalmente ser párroco de Quebrada de Cúa (Parroquia Nuestra Señora del Coromoto).

Entonces obtuvo una beca para hacer un diplomado en la Pastoral Juvenil en Colombia y se fue a estudiar durante casi un año. Al regresar fue encomendado a ayudar al sacerdote en la parroquia La Sagrada Familia en Los Castores de San Antonio de los Altos, luego trasladado a la parroquia Nuestra Señora del Carmen en Los Teques y de allí retornó a Cúa, donde hoy se mantiene.

De aquella autopregunta a finales de la década de los noventa, a partir de la consagración por parte del Padre Neri en el templo parroquial de Ocumare y que “sin querer queriendo” marcó su inicio por la ruta del sacerdocio; hoy por hoy Yonatha Rodríguez es más bien uno de los portavoces de esa respuesta que necesitan los jóvenes que pudieran hoy estar haciéndose esa misma pregunta.

-¿Por qué los sacerdotes no siempre son vistos como seres humanos? Como personas…

-Hace un año y medio después del recorrido de las reliquias de José Gregorio Hernández, estuve celebrando con unos amigos de aquí de la parroquia y fuimos a compartir y pusieron un karaoke, que pese a yo ser músico no soy aficionado del karaoke y accedí a cantar porque es algo que me encanta hacer. Yo puedo ser cura pero igual escucho salsa, merengue y bueno canté, alguien grabó dentro del grupo que estábamos y sin quererlo lo montó y puso comentarios positivos hacia el Padre que compartía chévere cantando con amigos, y yo me sentí feliz. Eso dio tela que cortar y me llamaron “el cura Salserín”, “el salsero”, o sea, de verdad al momento me molestó porque claro verme en las redes sociales con esas cosas que no es nada del otro mundo, no, pero fue otras connotaciones; quién lo hizo después “robándose” como quien dice el video, lo hizo con patraña, maraña, y eso fue lo que no me gustó. Pero mira después contento porque le dije a la gente, eso es para que vean que los sacerdotes somos personas que sentimos y padecemos también.

-En misa ha cantado estrofas de temas...

-Sí, de “El Nazareno” tema que me encanta.

-Cantar no es nada del otro mundo...

-Y eso es algo de nuestra parte humana al igual que compartir en grupos bien sea comiendo, cantando, poniendo música y hablando, todas esas cosas sanas y bonitas que se pueden hacer.

-¿Y qué opina de su parroquia?

-Llevo tres años trabajando, tres años disfrutándomelo, porque de verdad que no es fácil, es una parroquia un poco tradicionalista y al principio me costó porque yo soy de una forma un poco distinta, o sea, mi celebración eucarística no es que sea diferente, o sea, es la misma Eucaristía de todos los sacerdotes, pero de forma diferente pues me gusta la parte de la alegría en los cantos. Soy más de la oración con el canto y llevar ese Evangelio a través de la música, porque muchas de las cosas entran por el oído y llegan a través de la música. Con la parroquia he ido aprendiendo a ser cada vez mejor, haciendo lo que se debe hacer y muchas otras cosas más, hemos ido reparando y arreglando. De cuando llegué a lo que hay ahora, hay un cambio total. Las mismas personas hemos ido adaptándonos también a nuestra forma de ser, a la forma de ser del prójimo. Ahí vamos, vamos trabajando. Hay un CPP bastante grande.

-¿Qué significa CPP?

-Es el Consejo Pastoral Parroquial, el que me ayuda en todo el trabajo pastoral. Ellos son prácticamente lo que dicen sí o no, yo lo que hago es proponer y ellos deciden si va o no. El CPP lo conforman más de 40 personas de todos los grupos parroquiales, los coordinadores, algunos que yo he invitado para que también sean partícipes y eso es importante, o sea, también pueden tomar decisiones y decir "Padre, no me parece por esto" o "Padre, sí me parece" y vamos trabajando en conjunto, porque a final de cuentas yo soy un administrador. Administrar es saber que hay cosas positivas y aspectos a mejorar. Entonces desde esas cosas es que yo parto de aquí en la parroquia, a mí me ha ido bien, hasta ahora haciendo las cosas de la mejor manera y siempre buscando que las personas puedan sentirse felices, porque de eso se trata: Dios nos da felicidad, Dios nos da la alegría, nos da el gozo, nos da el entusiasmo. Nosotros no podemos ser unos tristes cristianos, tenemos que ir a un cristianismo con alegría, con sacrificio, con esmero, con dedicación, alegres en el Señor.

-¿Están utilizando algo de tecnología para llegar a jóvenes y adultos?

-En la parroquia trabajamos con redes sociales, es que si no estamos allí no estamos en nada, ahorita todo es por las redes sociales, muchas de las cosas se manejan por las redes sociales, yo me manejo por las redes sociales, en mis redes sociales monto cosas, monto canto, monto otros contenidos, y uno ve las vistas y los me gusta. Tenemos Instagram, tenemos Facebook y tenemos correo. En Instagram publicamos videos con el grupo juvenil, con el grupo de Cáritas, con el comedor, con los catequistas, siempre dándole esas connotaciones evangelizadoras por medio de las redes sociales. Para mí es importantísimo una parroquia tiene que estar dentro de los medios sociales, hemos dado un paso gigantesco en eso. Pueden seguirnos en instagram.com/ParroquiaCua y en facebook.com/ParroquiaCua. Estamos planificando abrir una cuenta en X, lo que antes era Twitter, aunque de esa red no soy tan amante porque no todo el mundo la maneja, igual vamos avanzando con nuestros equipo de redes sociales.

-¿Quiénes conforman el equipo de redes sociales?

-Las redes sociales son llevadas por unos coordinadores, encabezado por una comunicadora social que además es community manager y nadie mejor que ella para hacer esa labor; también su esposo y el amigo Joel quien toma las fotos y graba los vídeos que se van mandando. Y así como nosotros estamos en las redes sociales, también con los monaguillos estamos tratando de crear un grupo para redes sociales, pero al ser menores de edad hay que tener mucho cuidado. Uno de los coordinadores me decía “Padre, tenemos 11.000 reproducciones” y me sorprendió tanto ese “exitazo” porque pienso que un joven evangeliza a otro joven más fácilmente desde su creatividad, desde su manejo de su juventud, eso es lo importante de manejar las redes sociales porque la mayoría de los jóvenes están allí.

-¿Quién es Yonatha Rodríguez más allá de ser quien guía su parroquia?

--Yo no dejo de ser Yonatha Rodríguez el sacerdote claro, pero si desde la óptica humana soy una persona normal que siente y que padece, con momentos de tristeza porque a veces las cosas no se dan como uno ha querido que se den. Aparte, estudié música, actuación, teatro, animación, anteriormente mi mundo era la parte artística o el medio televisión, teatro, etc. Siempre soñé con tener una banda musical y no se dio del todo, pero doy gracias a Dios porque a pesar de las cosas, todas esas cosas que aprendí de joven las he ido llevando como sacerdote, hemos montado obras de teatro, hemos montado shows musicales, manejamos una banda que se llama “Inmaculada Concepción” que son unos chicos de Cartanal, y me uní con ellos para cantar y todo eso, son brutales, son excelentes, son muy buenos. Hemos cantado en festivales. Es importante que no se pierda el humano con lo religioso, sino en lo posible engranar a ambos. Y desde cada lado me siento muy bien, siempre buscando sobresalir con esfuerzo y dedicación que es para lo que Dios nos ha llamado, a pesar del cansancio y las obligaciones que podamos tener.

-¿Cuáles son sus sueños y metas?

-Siguiendo siempre la felicidad que me da Jesús, o sea, yo quiero ser feliz siempre, porque la felicidad me hace cumplir todo lo demás. Si yo soy feliz sé que puedo lograr otras cosas, siendo feliz sé que puedo seguir haciendo más, y para mí la felicidad me la da papá Dios. No podemos ser unos tristes cristianos, hay que ser un cristiano verdadero y alegre, yo me caracterizo por eso aunque tenga la cara como la tenga en algún momento. La alegría del Evangelio me encanta porque el otro también puede ser feliz. Cuando compaginamos estas dos cosas es importantísimo, porque da garantía de decir "oye, no lo estoy haciendo tan mal o estoy haciendo las cosas de la mejor manera". Cuando se es feliz y se irradia felicidad, los demás te dicen "me gusta eso". Y es una de las cosas que mayormente me dicen. Antes de esta entrevista vengo de Santa Teresa y había un gentío allá como 200 personas, quizás más, y éramos cuatro o cinco curas y cuando vi tanta gente que se quería confesar conmigo, era como mucho y más siendo gente conocida porque soy tereseño y qué bonito cuando la gente de tu pueblo se quiere confesar contigo. Y sin caer en exclusividad porque no se busca eso y los feligreses saben que pueden confesarse con cualquiera de los sacerdotes que estén, sin preferencias. Cada uno de nosotros tenía un grupo grande para confesar. Esa es una de las cosas que me llena, que el Señor nos invita a ser felices.

-¿Hay algo más por hacer?

-Concretar más la parte musical. Yo como sacerdote, como párroco, me ha costado un poco, no me da el tiempo para lo que he querido hacer. Hay algo allí que no he terminado de hacer, pero me pliego al refrán "el tiempo de Dios es perfecto" y si tengo que seguir esperando bien, pero tengo en mente la meta de una banda musical que evangelice, una banda musical católica que lleve el mensaje a través de la música, el mensaje del Evangelio a través de la música.

Adolfo Gelder

adogel@gmail.com