En esta oportunidad, dice Martínez, apelamos a la cooperación de los cultores del municipio Cristóbal Rojas, quienes no visitan y tendrán la oportunidad de lucir su repertorio musical alusivo a la tradición.

Así mismo, vale resaltar que los adornos o vestimenta de la cruz estuvo a cargo de las promeseras del barrio donde vivo, 12 de Mayo; quienes mantuvieron el acostumbrado colorido que hace más llamativo el ritual.

En horas de la tarde saldremos en procesión por las calles del casco central de Santa Teresa para luego continuar con las oraciones.

Esta iniciativa la hemos estado presentando por segunda vez consecutiva, con el propósito de mantener la tradición que se remonta a la época de la conquista española; su preparación requiere de tiempo, esfuerzo y recursos. Todavía queda voluntad de los tereseños para que esta tradición no decaiga. Terminó diciendo el cultor Martínez, mientras las cuerdas y los tambores seguían el ritmo de un fulía, al aire libre.

Rafael González

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