20/02/2022

En diferentes religiones en las que he estado escuché hablar de la oración y por muchos años la practiqué con mucho fervor; lo confieso, en ocasiones sentí mucho cansancio e impotencia de no ver resultados favorables. Así mismo veía a muchas personas inclinar sus rodillas por horas y ver que su situación no era distinta del que no lo hacía, por un tiempo busqué libros, tendí a madrugar a ver si mis oraciones definitivamente llegaban al cielo. 

Los especialistas me decían que orar era hablar con Dios, pero hablar qué, hoy me doy cuenta que lo que hablaba o recitaba eran oraciones de mendigo, no oraciones de una hija de Dios. Tal vez te esté sucediendo y te estés preguntando cuáles son esas oraciones de mendigo; son aquellas donde tu Fe queda totalmente anulada y pones toda la responsabilidad a Dios, minimizándote, dejando tu autoridad y tu poder a un lado.

El mejor modelo de Oración ciertamente es el Padre nuestro y no al caletre, sino aquella donde reconoces a Dios y estableces su reino y voluntad en la tierra como en el cielo, recordando siempre que todo está creado allí para ti, que no es pedir con lástima es creer que ya lo tienes y te será dado.

Hubiera querido que alguna autoridad o algún pastor me ayudara a entender esto hace algún tiempo pero tuve que descubrir esta verdad después de muchos intentos fallidos y después de saber que la oración va de la mano con la Fe. 

Así que la próxima vez que ores no pidas, más bien agradece porque “Hecho está” allí está la clave de todo y el verdadero poder de la oración.

Por: Rusmar Cordero

Motivadora- Terapeuta Conductual- Familiar y de Pareja. Coach expansivo.

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