Desde el inicio de la estrategia para descuartizar el voto, pasando por impedir el registro electoral y por consiguiente el voto en otros países, el pírrico proceso de inscripción en el registro electoral, el desmembramiento de los partidos políticos tradicionales, la desubicación de los centros electorales, etcétera. Ahora le ha dado por hacer circular algunas especies informativas soterradas y tendenciosas a la confusión y la desmotivación. Todo desde el organismo responsable de llevar un evento, que en vez de ser una fiesta electoral, se ha convertido en una "confrontación electoral". También fracasarán.

Entre los mitos que venden en la calle, el régimen está empeñado en hacerle creer a la población que el voto no es secreto, que ellos sabrán por quién vota la gente. Eso es falso. Este sistema electoral, que por cierto se lo abrogan como sus creadores, está estructurado para resguardar y garantizar el secreto del voto; desde que fue creado por el antiguo Consejo Supremo Electoral (CSE), en 1998; precisamente con el que fue elegido el extinto presidente Chávez. No hay forma ni manera que alguien sepa por quién usted vota.

Así mismo, utilizando las amenazas y la intimidación, pretenden asustar a los empleados públicos con despedirlos porque votarán en este proceso por la opción del CAMBIO, en silencio; la cual está representada por Edmundo González. Entonces tendrían que despedir al 80% de los funcionarios que prestan sus servicios a la Nación, se quedarían los ministerios e institutos del gobierno sin gente, no habría quien los sustituyera porque no tienen ese tipo de personal; no lo han formado.

Al jefe del régimen se la ha ocurrido decir muchas atrocidades, casi todas son pajuatadas; cuando dice que "no entregará el bastón de mando". Esto lo acerca a la dictadura, cuando pretende ignorar el mandato constitucional de culminación del periodo presidencial. Pretende hacer ver que las Fuerzas Armadas están irrestrictamente con él; cosa que nos es cierta. Los militares honestos institucionalmente se aferran al contenido de la Carta Magna, aunque no se descarta que existan algunos "vagabundos". No todos.

Últimamente, el régimen ha dejado correr por las redes, con toda la perversa intención de confundir y crear zozobra en el electorado, la especie de la duplicación del voto, porque en el anverso de la cédula de identidad aparece un número rojo con ocho dígitos; el cual se asemeja a cualquier número de cédula de cualquier venezolano, en cualquier parte del parte del país. Esos dígitos pertenecen al control seriado del papel que elabora la compañía que imprime los formatos de cédula para el SAIME. Nada que ver con un elector en particular; que coincida con su número de cédula, es mera casualidad.

Por los vientos que soplan, por lo que se percibe en la calle, y por las estadísticas que recogen las más importantes encuestadoras del país; el triunfo de Edmundo González es "irreversible". No caigamos en las provocaciones. Faltan 10 días, ¡El CAMBIO VA!

Rafael González

rafagonrg@gmail.com