Es altamente probable que esas personas importantes para nosotros no crean que podemos lograrlo. Consideran que, quizá, nuestras metas son demasiado ambiciosas para hacerse realidad. Incluso, existe la posibilidad de que nos llamen locos. Probablemente, ¿te ha sucedido que te llaman loco? No permitas que eso te detenga, o serás esclavo de otros.

Cuando permites que la opinión de alguien limite tu capacidad de actuar, ejecutar y hacer que las cosas sucedan, te estás convirtiendo en su esclavo. En esclavo de pensamientos que, para empezar, no puedes controlar. ¿Imaginas ser esclavo de algo que ni siquiera puedes manejar? Y sabes qué es lo peor: si permites que eso suceda, te convertirás en prisionero de sus restricciones.

Te comparto una de las realizaciones más grandes que he tenido en los últimos 10 años: la gente te apoyará hasta el límite de lo que ellos creen posible para sí mismos. Lo repito: la gente te apoyará hasta el límite de sus propias creencias. Y seamos honestos, la mayoría no cree que sea posible crecer demasiado. No son personas especialmente ambiciosas y, por consecuencia, tendrán resistencia e incluso enojo hacia quienes intenten demostrarles lo contrario, hacia quienes les hagan ver que sí es posible.

Si tus ambiciones desafían las barreras que ellos se han impuesto, intentarán imponértelas a ti también. Pero no lo permitas. No dejes que las limitaciones de alguien más se conviertan en las tuyas.

Quiero darte permiso, a través de este artículo, para que rompas con eso de una vez por todas. Demuéstrales lo contrario. Demuéstrales con acciones y resultados que sí es posible. Y si eso no los termina inspirando o no les abre los ojos a nuevas posibilidades, ese es su problema, no el tuyo. No permitas que las restricciones que los demás se imponen también se conviertan en tus restricciones.

Aquí no queda más camino que asumir la responsabilidad. A veces es fácil culpar a otros: "Es que esa persona nunca creyó en mí". Pero la verdad es que tú permitiste que esa falta de fe te afectara tanto que adoptaste sus limitaciones. No lo permitas. Si lo haces, te convertirás en su esclavo.

¿Quieres despertar todos los días esperando a que esa persona, por fin, crea en tu capacidad? Entonces serás su esclavo para siempre. Y si un día esa persona cambia de opinión y te apoya, ¡perfecto, ganaste! Pero, ¿Qué horror depender de algo que no puedes controlar?

Lo que sí puedes controlar es tu desempeño, tus acciones diarias. Pero este es un camino que no todos se atreven a tomar porque implica asumir el 100% de la responsabilidad. En el momento en que tomas la responsabilidad de tus acciones, tu progreso y tu crecimiento, no hay espacio para las limitaciones impuestas por otros. Pero, de la misma forma, ya no puedes culpar a nadie más. Por eso es un camino que pocos se atreven a elegir.

La pregunta es: ¿te atreves a elegirlo?

¡Inténtalo!

@adogel

Este y otros principios estoicos los podrás leer en la biografía de Epíteto

Adolfo Gelder

adogel@gmail.com