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Seguridad Tuyera
Domingo, 1/12/2024
Es lamentable decirlo, pero este 2024 la violencia y la inseguridad han ganado terreno en nuestro país. Aunque no contamos con cifras definitivas, podemos afirmar que la cantidad de delitos que hemos vivido durante el año son indicadores más que suficientes para declarar que el gobierno ha fracasado en sus acciones y políticas para la prevención y contención del crimen, dejándonos aún más indefensos frente a amenazas que ya lucen incontenibles.
Lo importante es saber que con el final del año se incrementan los riesgos de ser víctimas del delito y los excesos. La gente tiene más dinero, pasa más tiempo en la calle y consume más alcohol. Solo estas tres variaciones en las rutinas de vida abren brechas en nuestra seguridad, por lo que debemos estar preparados para asumirlas y llegar a enero, sanos y salvos.
El elemento común de todas las claves es la prudencia como valor principal de previsión. Ser prudente es tener la capacidad de pensar con antelación sobre las consecuencias de nuestras acciones y decisiones, con el propósito de adecuar nuestra conducta y no exponernos innecesariamente al peligro. A continuación, les describo las claves para tener una época decembrina segura:
No descuidar la salud
A final de cada año me sorprende la cantidad de personas que, por los excesos cometidos, terminan enfermas en hospitales y clínicas del país. La ingesta de grasas, carbohidratos y alcohol puede ser un detonador de condiciones preexistentes que se manifiestan en estos días. La sugerencia, además de la ya mencionada prudencia, es hablar con su doctor en estos días, revisar sus números de contacto y definir un pequeño plan en caso de emergencias. Si el médico se va de vacaciones, ¿quién queda en su lugar? Reponga medicinas que probablemente sean difíciles de conseguir y tenga a mano números de ambulancias, servicios de atención médica a domicilio y pólizas de seguro vigentes, entre otros detalles para los que bien vale la pena tomarse unos minutos de previsión.
Exhibir el éxito tiene sus riesgos
Para un delincuente, lo que usted aparenta representa lo que usted vale. Teléfonos costosos, ropa vistosa y carros llamativos son señales que lo ponen muy por encima del transeúnte o conductor promedio. Esconder el éxito es difícil; resulta natural querer lucir las bondades del dinero, más aún si hemos cobrado unas buenas utilidades. Sin embargo, en esta Venezuela se puede terminar pagando un precio demasiado alto. No me refiero aquí a salir a la calle con el aspecto de un indigente. Solo debemos observar una regla: si no nos parecemos a nuestro entorno, vamos a resaltar sobre él y convertirnos en una víctima perfecta. Cuide su forma de vestir, preste atención al uso de ropa o relojes que muestren en grandes letras o logos de marcas famosas. Si usted es usuario frecuente del transporte público, entienda que la ciudad es muy heterogénea y lo que parece normal en un sector puede resaltar y llamar la atención en otro. En estos casos, vista de colores neutros, no use carteras demasiado grandes, no hable en lugares públicos de asuntos personales y observe permanentemente lo que le rodea.
Pendiente con las viviendas que se quedan solas
Si va a salir de vacaciones en los días navideños, es muy probable que su casa se quede sola. Si está en sus posibilidades, pídale a algún familiar o amigo que se quede en su vivienda durante su ausencia; de lo contrario, haga que se acerquen con frecuencia a verificar que todo esté bien. Mantenga luces encendidas y, si puede, simule la presencia de personas en el interior. Sistemas de alarma y cámaras son ideales en estas ocasiones; si están a su alcance, no dude en instalarlos. Actualmente, las viviendas son de mucho atractivo para el hampa que consigue en ellas una buena variedad de objetos de valor y con un mínimo riesgo de obtenerlos. Antes de dejar su casa sola, piense bien cómo reducir sus vulnerabilidades y busque maneras de disuadir al delincuente.
Previsión con el consumo de alcohol
Es prácticamente imposible creer que en diciembre no vamos a ingerir bebidas alcohólicas; es parte de la tradición de las fiestas. Lo importante en esta clave es tener consciencia de que el consumo de alcohol reduce nuestras capacidades de estar alertas frente al entorno, nos hace más lentos y distorsiona los sistemas naturales de apreciación de riesgos, usualmente haciéndonos más desinhibidos y atrevidos. El consumo excesivo de alcohol, además de hacernos torpes manejando, induce en algunas personas tendencias a la violencia, provocando conflictos con otras personas. Nunca se quede bebiendo solo; avise a la familia o amigos dónde está si ha decidido consumir alcohol, trate de no hacer una ronda de bares e ir de sitio en sitio, manténgase donde se sienta seguro. Deje su carro estacionado en un sitio seguro y en el cual sea posible dejarlo hasta el día siguiente; es posible que si ha bebido demasiado, no pueda regresar manejando. No se involucre en discusiones, aunque usted crea que tiene razón, manténgase al margen y sea siempre respetuoso en el trato con las personas. Pequeñas peleas entre personas embriagadas se pueden convertir en grandes tragedias.
Cuidar la cantidad de dinero y tarjetas que llevamos
Un factor que incrementa nuestros riesgos es la cantidad de dinero en divisas que llevamos cuando estamos en la calle. Debido al pobre poder adquisitivo del dinero, necesitamos demasiados billetes para comprar muy poco. La clave aquí es llevar lo mínimo necesario; por mucho que tengamos, no nos va a alcanzar para cubrir todo lo que necesitamos pagar en una salida. Si está en sus posibilidades, tenga dos tarjetas de débito o crédito; no necesita más. Si realmente va a comprar algo que excede los límites de sus plásticos, planifique con la tienda y realice un pago móvil o una transferencia electrónica para efectuar la compra. Cada vez es más fácil y seguro hacerlo de esta forma. Adicionalmente, ir a una agencia bancaria a retirar dinero es lento, complicado y lo expone a riesgos innecesarios. No se lo haga tan fácil al delincuente.
Reducir la improvisación en la calle
No se trata de quedarnos encerrados en nuestras casas, solo se requiere un poco de organización y análisis para reducir los riesgos. En este sentido, lo importante es planificar los sitios, las rutas, los horarios y lo que vamos a hacer en nuestras salidas. Tratar de hacerlo en grupos, concentrar las actividades en zonas conocidas, salir más temprano y regresar más temprano, y organizar más reuniones en las casas. Salir a la calle sin rumbo establecido y sin un plan más o menos definido es lo que debe evitarse. Es precisamente en la improvisación en la calle donde está el riesgo.
Viajar de día y con un plan
Las autopistas y carreteras de nuestro país se están convirtiendo en escenarios para la delincuencia. Son frecuentes los obstáculos que el hampa coloca en las vías para forzar a los conductores a detenerse para luego proceder a robarlos o secuestrarlos. La recomendación es no viajar en horas nocturnas, más aún con la problemática de la gasolina. Planifique su trayecto para que transite con la luz del día. Calcule tiempo suficiente para que pueda llegar a su destino en horas de más tráfico. No tome vías alternas angostas o de poca circulación. Estudie su recorrido y estime sus paradas para recargar combustible. Minimice las paradas turísticas en sitios apartados. Si no conoce la ruta, lleve un GPS y obtenga referencias antes de iniciar su viaje.
Cuidar lo que se tiene porque vale mucho más
Esta realidad nos demanda ser más cuidadosos con nuestras pertenencias. No es momento de perder llaves, celulares o carteras, ni de mostrarnos desconectados del entorno, ya que resultaremos atractivos para el hampa, que en ocasiones está más cerca de lo que creemos. Recuerde que siempre tenemos margen para cuidar nuestras pertenencias si actuamos previsivamente y minimizamos los riesgos. Una vez abordados y sometidos por el hampa, es muy poco lo que podemos hacer si queremos salir favorablemente del trance.
Incrementar nuestra consciencia frente a los riesgos
La primera y más importante vulnerabilidad, y por la que usualmente nos convertimos en víctimas, es la ignorancia de los riesgos que nos rodean. Creer que solo a los demás les ocurren calamidades, mostrar actitudes descuidadas frente a la inseguridad en la calle o simplemente no tomar medidas básicas de protección personal nos convierte en las víctimas perfectas. En estos días decembrinos aumentan sensiblemente las amenazas en las calles. La delincuencia también necesita tener más dinero, por lo que la fuente inmediata de obtenerlo es el ciudadano inconsciente que a diario se desplaza por las calles como si viviera en Disney.
Escuchar nuestra intuición en situaciones extremas
Es lamentable que una parte significativa de las muertes violentas sean producto de nuestra respuesta al delincuente al momento de ser victimizados. Si usted es abordado por uno o varios antisociales armados que lo obligan a entregar sus pertenencias, las posibilidades de salir ileso son mínimas si intenta escapar o resistirse a ser robado. El valor de la vida no se compara al de un carro, un celular o una cartera. Es difícil saber cómo podemos reaccionar en una situación extrema, por lo que lo más conveniente es obedecer a nuestra intuición e instinto de supervivencia y no oponer resistencia en circunstancias
Las celebraciones y la alegría de estos días navideños para nada están reñidas con el sentido de previsión necesario para pasarla bien. En estas medidas básicas de seguridad puede estar la diferencia entre un fin de año feliz o accidentado.
@adogel
Fuentes Consultadas:
www.google.com.ve
www.securytips.com
Adolfo Gelder
adogel@gmail.com