Los primeros trazos de estudios de Alfredo aparecen registrados en las planillas de asistencia del Grupo Escolar Francisco de Miranda, donde destacó, no solamente en el dominio de las asignaturas, sino que comenzó a inclinarse por el deporte, especialmente en las disciplinas de Baloncesto, Voleibol y Beisbol.

Como todos los ocumareños de la época, en 1968, comienza a cursar la secundaria en la primera y única casa de estudios de la región: el glorioso liceo Juan Antonio Pérez Bonalde, donde siguió el comportamiento de la primaria, como estudiante y deportista.

Tal vez, siguiendo la tradición de la familia, especialmente de su madre y su hermana, la profesora Mayela Graterol; quienes fueron destacadas lideresas de la Democracia Cristiana en el municipio Tomás Lander, el profesor Graterol hizo una breve pasantía por la Juventud Revolucionaria Copeyana, con la que comulgó por poco tiempo, porque en el devenir de su acción política culminó en las filas del Movimiento al Socialismo (MAS); tal vez influenciado por su hermano Luis, de procedencia ideológica socialista.

Pero, la política no era su fuerte, prefirió fortalecer la parte académica e hizo carrera en el Instituto Pedagógico de Caracas, donde alcanzó el título de Profesor de Ciencias Sociales, en la especialidad de Geografía e Historia; que luego lo impulsaría a la encomiable labor como educador, sin apartarse del deporte.

Titularse como docente y comenzar una carrera profesional en los salones de clase y pasillos de las instituciones en las cuales trabajó, proporcionan la oportunidad de adquirir el carisma con el cual se gana el cariño y aprecio de la población estudiantil y el gremio docente, incluyendo al personal administrativo y obrero.

Es así como, con mucha frecuencia, escuchamos testimonios de ex alumnos, que exaltan su labor como docente; y vemos pergaminos y placas de reconocimientos donde aparece su nombre como Padrino de Promoción; bien sea en el Liceo Rafael Olivares Figueroa de Santa Teresa del Tuy, donde, además de docente destacó como personal directivo; en el liceo José Leonardo Chirinos; o en el Lino Gallardo, de Ocumare del Tuy.

Alfredo hizo familia con Nelly Nieves, con quien contrajo matrimonio en 1981, procreando a su hijo Alfredo Daniel; joven trabajador y honesto, quien heredó parte del apelativo que le asignaron los amigos a su padre, llamándolo por cariño “el zorrillo”. Pero también están Carlos y Raúl, también hijos del profesor Alfredo en segundas nupcias.

Por contradicciones de la vida, más bien de las circunstancias, un hombre honesto, padre de familia ejemplar, trabajador de recto proceder y buen profesional, cae víctima del hampa, perdiendo la vida un 30 de mayo del 2011; dejando un legado que no puede pasar desapercibido. De allí que desde estas páginas merece ser mencionado como un Personaje de la Ciudad.

Rafael González

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