Cuenta la leyenda, que nació un 29 de septiembre, día de San Mauricio, se dice que la noche de su nacimiento llovió demasiado, que los ríos y quebradas se desbordaron, los animales rodearon su vivienda y cuando se escuchó su llanto se oyeron en los montes, ruidos que venían de las profundidades de la tierra, los árboles crispaban, el viento silbaba. "Era la sinfonía de la naturaleza que rendía homenaje al hijo del último realista y de una descendiente de los aborígenes primigenios de Los Valles del Tuy, Los Quiriquires".

Mauricio creció bajo los cuidados de su madre y la poca presencia de su padre. Era un chico diferente, hacía cosas que sorprendían a todos. A medida que fue creciendo se fue internando en los montes, donde la fauna era muy peligrosa y, sin embargo, a él nada le sucedía. Su madre le prohibía que se alejara tanto de la casa, pero él le contaba los recorridos que hacía con la señora del Pozo del Guásimo por las galerías que comunicaban las montañas y le decía que era el intermediario entre el hombre y la naturaleza, pero su madre no le entendía.

Un día bajó al pueblo de Ocumare a buscar un encargo de la señora del Pozo del Guásimo y fue detenido por no tener identificación, así que lo llevaron amarrado ante el jefe de la policía porque pensaron que podía ser un guerrillero, este lo amenazó con mandarlo a Caracas. En vista de que Mauricio vio que las cosas no le estaban saliendo bien, amenazó con un diluvio.

El jefe de policía se echó a reír y le dijo que era imposible porque estaban en pleno verano, hacía meses que no llovía y ni indicio de que sucedería. Fue así, como en plena semana santa a la medianoche para amanecer jueves santos, comenzó a llover. Los ríos se desbordaron y lo más extraño es que solo sucedía en Ocumare. La jefatura se inundó y la gente estaba muy asustada, entre los habitantes se corrió lo que había sucedido en la jefatura, así que el cura junto con algunos notables del pueblo se fue a solicitar que le soltaran. Al llegar se encontraron con que el jefe de policía ya lo había liberado.

No solo dejó de llover, también en el cielo comenzó a brillar un sol de verano. Mauricio volvió al monte y se dedicó por siempre a cumplir su misión —castigar a los enemigos de la naturaleza—. La historia de la leyenda del encanto Mauricio tiene más de 150 años y son muchos los eventos que se cuentan sobre él. Según los que le han visto, se trata de un señor algo mayor, de sombrero, liqui liqui, alpargatas y un morral.

Hay personas que dicen que aún se pasea por los lados del terminal de Ocumare del Tuy para comprar tabaco y aguardiente, así que si alguna vez lo llega a ver y le saluda, responde, pero no le acepte nada que le dé a comer o algún trago, ya que podría ser usted el próximo en convertirse en el Guardián de la cueva del Peñón.

Fuentes consultadas:

Los encantos del río Tuy, Crónicas tuyeras blogspot - Manuel Monasterios

La leyenda de Mauricio, guardián del Tuy- Reportaje desde las aulas blogspot - Estudiantes de Periodismo III y IV de la UCV

Las fotos son cortesía de Reportaje desde las aulas blogspot

Rosalinda González

rosalinda2507@gmail.com