Hoy hasta en las mismas casas no les proveen de sus necesidades básicas, con una falta de empatía, increíblemente dolorosa, los amarran, encadenan, los dejan en el techo, sótano, debajo de un árbol, sin importar el clima inclemente sea sol, nieve, lluvia, calor o frío, sin agua, sin comida, con una vasija llena de moho que indica el tiempo de olvido, sin atención veterinaria indicando el maltrato.

Una de las cosas más tristes es el desapego, esa falta de empatía infinita. Un ejemplo de países que han hecho del bienestar de los animales una decisión de Estado en mejorar su cuidado y resguardo son Turquía, Suiza, Alemania, Reino Unido. Los animales son seres sintientes, no son simples máquinas ni objetos y los países deben procurar en las leyes, seguridad.

La revisión constante para mejorar sin politizar, hacerlas bien social, educativo y cultural; la exigencia del certificado de compromiso, el aspecto sancionatorio es un elemento indispensable para los casos desmesurado de maltrato y abandono, pecuniaria y privación de libertad, educación, prevención, esto bajaría las tasas estadísticas de abandono y, en algunos casos, de eliminación de especies y protección de especies en estado de extinción.

El núcleo principal de la sociedad es la familia y ésta debe ser el pilar fundamental en la enseñanza del amor, cuidado y bienestar, los animales no deben ser objeto de generar dinero, un niño no puede tener en sus manos un animal a su antojo sin observación, no son juguetes, pero sí pueden ser elementos para la enseñanza de responsabilidades, embarazar indiscriminadamente por ser de raza en condiciones insalubres es imperdonable.

Las personas con rasgos psicopáticos y los que practican la zoofilia no deben tener animales a su disposición. Los programas nacionales de ciencias ambientales deben tener mayor observación con el auge de la caza indiscriminada. Actualmente estamos experimentando la mayor ola de exterminio de animales por la mano del hombre, cada hora tres especies desaparecen por la mano del hombre, diario desaparecen más de 150 especies y se pierden cada año entre 18mil y 55mil especies.

Les menciono algunos países con más maltrato animal: Grecia, España, Antillas Holandesas, no se quedan muy atrás Venezuela y México, denunciados por la fundación internacional ayuda de animales sin fronteras. Es imperante el llamado a la familia, el abuso de alcohol y drogas no es buen acompañante, educar a los niños con el amor, respeto y amar al prójimo, enseñarles que son seres sintientes y, si están ante un caso de abandono, denunciar.

Si no tiene capacidad de repuesta, las comunidades deben estar unidas con planes de contingencia en conjunto con ONG, veterinarios con planes de proveer alimentación y resguardo unidos, con cultura todo es posible. Los hogares de paso deben ser infinitos, la adopción con dignidad, respeto y vocación y los programas de castración donde la misma comunidad debe agregarse como parte del equipo.

Apoyar fiestas con el dolor de los animales no debe ser permisible, es la misma comunidad la que no debe aceptar estas aberraciones, donde son apaleados, ridiculizados, apuñaleados, humillados y vejados sin compasión, reflexionemos ante estas situaciones. La defensa animal debe ser una materia escolar en todos los niveles, el maltrato es uno de los indicadores de violencia social y de una psicopatía que va en aumento.

Diariamente nos vemos sacudidos por acciones que conmueven al punto que se normaliza un acto recurrente, cíclico dirigido a dominar, controlar, agredir, lastimar. La crueldad es una repuesta emocional de indiferencia o la obtención de placer en el sufrimiento, dolor de otros o la acción que innecesariamente causa tal sufrimiento.

La crueldad de los niños, que incluye a los animales, es un signo clínico relacionado a desórdenes antisociales y de conductas. En las familias en las que hay violencia, es más frecuente dirigida hacia los más débiles o animales de compañía, el maltrato es tolerado por quienes observan. Los padres, maestros, comunidades que no dan importancia al abuso animal, en realidad incuban una repuesta explosiva.

El énfasis en que la detección a tiempo es necesaria, los animales son seres inferiores dentro de la escala evolutiva esto nos hace protectores, es gesto de conciencia estar atentos a su bienestar, erradicar el maltrato es un acto de humanidad. La violencia hacia los animales nos puede alertar, servir como detector hacia la violencia intrafamiliar, un niño que maltrata a los animales puede ser testigo de actos crueles contra seres humanos o ellos mismos ser víctimas de abuso por alguien.

La asociación psiquiátrica americana lo considera como uno de los diagnósticos para determinar desórdenes de conducta. Si un niño nos habla sobre el maltrato animal de compañía podría estar hablándonos también de su propio sufrimiento. Amenazar con lastimar a un animal de compañía puede ser una forma de violencia psicológica que se utiliza para que el niño se porte bien.

Según unos especialistas, observar actos de crueldad puede ser tan traumático como ser víctima de abuso físico, es altamente probable que el niño al crecer sea un padre o una madre abusiva.

Algunas de las características que puedan presentar niños más jóvenes son sentirse indefensos y bajo el control de otros, usan a las víctimas para demostrar y sentir autoridad, poder emplear en los animales como chivo expiatorios por el enojo que sienten a figuras de autoridad que los maltratan de algún modo.

Cuando observamos adultos que maltratan animales posiblemente fueron objeto de castigos muy severos, abuso, indiferencia en su infancia. La crueldad animal origina violencia y la violencia delincuencia, en un estudio en Estados Unidos se comprobó que no todos los maltratadores se convierten en asesinos en serie, pero todos los asesinos en serie tienen antecedentes de maltrato animal.

La educación que se les da a los niños les ayuda a establecer sus valores y patrones de comportamiento, los principios morales y éticos, imitando a los modelos que tienen a su alrededor, es imperiosa la necesidad que exista el esfuerzo integrado de padres, profesores, trabajadores sociales veterinarios, pediatras, protección animal y psicólogos para prevenir el maltrato a los animales y su posterior transformación en violencia social.

Leila Castillo

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