Escucha nuestra radio on line Somos del Tuy Radio - De Los Valles para ti
Jesucristo en bluyín y franela
Viernes, 16/2/2024 Lo primero que quiero dejar claro antes de iniciar esta reflexión, es que la misma no está orientada a tratar de imponer una forma de comunicación específica con Dios, o como quiera que usted le dé por llamar a una entidad superior, si es que la tiene o cree en ella. Yo hablo desde mi experiencia. Cada quien tiene su estilo, su forma de ver a Dios (o de no verlo). Puede que usted sea creyente o no lo sea; realmente lo que quiero compartir a través de este espacio es lo que, en lo particular, ha sido mi encuentro con ese ser superior a quien llamo Padre, y que es el Dios en el que creo.
Hago esta aclaratoria de arranque porque personalmente no estoy “vendiendo” o intentando que crean en una religión en particular. Los que me conocen saben cuál es el espacio religioso en el que me muevo y me siento feliz; sin embargo, soy de los que creo que lo importante no es dónde ni a través de qué vía usted conozca a Dios, lo verdaderamente importante es que lo haga; porque al hacerlo, ese encuentro le dará una sensación de llenura, de saciedad, que calmará cualquier necesidad que sienta de compañía y apoyo.
Ahora bien, aclarado el punto, y partiendo de que creemos en un Dios Supremo, comparto lo que para mí ha sido una forma de comunicación con el Padre; con el Hijo, (a quien veo como mi Maestro y amigo) Jesús; y con quien yo llamo cariñosamente “multivitamínico”, el Espíritu Santo. Esa relación de cercanía, familiaridad, con esta tríada, me ha hecho la vida mucho más llevadera, sobre todo en los momentos en que me ataca la tristeza, la depre, la melancolía, producto de los vaivenes de la cotidianidad. El sentirme acompañado por ellos me permite experimentar, a pesar de las angustias, la tranquilidad. Reconozco que hay momentos que los Tsunamis del día a día me arropan, pero cuando llega la noche, y puedo lanzarme una conversa relajada con este trío, todo me resulta mucho mejor que un Té de Flores de Cayena con Manzanilla y limón.
Como ejercicio, le propongo, tomarse un momento antes de ir a dormir. Imagínese que están los tres con usted, tipo partida de dominó donde hay cuatro personas. ¡Qué sabroso y relajante es imaginar a Dios!, (póngale el rostro que usted quiera) viéndolo con ojos de papá; y a Jesús riéndose a carcajadas, abrazándolo como esos grandes amigos de la vida, haciéndolo sentir que todo va estar bien, que el día llegó a su fin, que mañana será otro, y que vendrá cargado de adrenalina; y por otro lado, el Espíritu acariciándolo con una brisa refrescante, haciéndolo sentir que esa energía que necesitas te la proveerá él para que estés a full velocidad, pleno, eléctrico, motivado, a pesar de las circunstancias.
Lo más sabroso de este ejercicio, es visualizar el momento junto a ellos con los ojos cerrados, escuchar cómo te hablan, poder también preguntar, expresar lo que sientes, llorar o reír si te provoca, pedir, agradecer… La comunicación con Dios Padre, Hijo y Espíritu, no debe estar marcada por la distancia, sino por la cercanía; no debe estar marcada por la culpa, sino en todo caso por el arrepentimiento, y desde el reconocernos que hemos fallado y que, precisamente, necesitamos estar cerca de alguien que no está en lo absoluto interesado en juzgarnos, sino más bien en escucharnos activamente para abrazarnos como sólo puede hacerlo alguien que te ama profundamente. Así de sencillo.
Lic. Humberto Luque M. CNP 10.348
humbertoluquemendoza@gmail.com