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Jesucristo en bluyín y franela
Jueves, 29/2/2024 Cada día es más necesario el tener la capacidad de adaptarse a los cambios vertiginosos que estamos experimentando. Resistirnos es lo que hace que nos sintamos cansados y agobiados ante el hecho de no saber qué hacer o cómo actuar. En un mundo tan cambiante como en el que vivimos, no es de extrañar que quienes tienen mayores probabilidades de sobrevivir, sean aquellos que tengan mejor desarrollada la capacidad para adaptarse a dichos cambios con rapidez. En ese sentido, debemos estar atentos a las transformaciones para tratar de anticiparnos, tomar la iniciativa y generar los espacios que hagan posible la adaptación.
En ese orden, quienes ejercen funciones de liderazgo, se caracterizan hoy por esa capacidad de anticiparse e ir al frente; de prever movimientos que le permitan, dependiendo del área o sector en el que ejerce dicho liderazgo, tomar medidas oportunas que le garanticen estar un paso al frente y con mayor posibilidad de maniobra. Pero anticiparse a los cambios no está asociado a un poder especial premonitorio; es simplemente la conjugación de factores diversos como el conocimiento, el estudio, el estar alerta a las señales del entorno, el desarrollo de la intuición, entre otros factores, que le permiten tomar medidas oportunas para hacer frente a las circunstancias.
Hay que dejar claro en ese orden, que un líder no es alguien que posee soluciones mágicas, sino que el accionar está marcado por su visión de futuro, por señalar el rumbo y plantearse cada día nuevos retos y fijarse nuevas metas. El líder inspira y genera confianza en sus seguidores, pues perciben en él conocimiento, pericia y experticia; su visión de futuro es retadora, exigente, pero inspiradora y viable. Lo que proyecta para quienes lo siguen es bienestar ante lo posible, lo cual no descarta el plantearse objetivos difíciles pero alcanzables.
El liderazgo de estos tiempos, está consciente de los cambios que cada día se suscitan y no le teme a los nuevos escenarios. En un mundo en el que los límites son cada vez menos y en el que las nuevas tecnologías y las comunicaciones han determinado una importante globalización a todo nivel, la aparición de nuevos retos se ha convertido en algo cotidiano que obliga a las organizaciones de diversa índole a desarrollar una gran flexibilidad y una enorme capacidad de adaptación. En este contexto, la gestión del cambio por parte de los líderes, se ha convertido ya en una competencia fundamental. Si antes este requisito era solo requerido para abordar ciertas áreas o tareas, ahora es difícil no encontrarlo como exigencia por parte de quienes están captando talento, independientemente de cual sea la actividad o sector. Hoy día, liderazgo y gestión del cambio, son términos que están estrechamente vinculados y resultan inseparables.
Lic. Humberto Luque M. CNP 10.348
humbertoluquemendoza@gmail.com