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La historia poco contada
Charallave, 6/9/2022 𝙼𝚊𝚝𝚛𝚒𝚖𝚘𝚗𝚒𝚘 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎 𝙻𝚘𝚕𝚊 𝙱𝚊𝚞𝚝𝚎 𝚢 𝙷𝚎́𝚌𝚝𝚘𝚛 𝙻𝚞𝚗𝚊
La historia cotidiana siempre estará ahí, aunque tal vez escondida ocasionalmente, pero siempre saldrá a relucir y finalmente mostrará su extraordinario esplendor como testigo fiel de una época y un espacio.
Esta reliquia que hoy les muestro pertenece al archivo personal de Aníbal Méndez..., sobre esa reliquia, que es una invitación formal a una "Ceremonia Nupcial" entre dos charallavenses, pudiésemos escribir cien páginas de historia, y seguramente quedaríamos cortos, pero hoy solo quiero resaltar lo siguiente:
- "La formalidad" mediante la cual "solo las madres" de ambos novios eran las que extendían la "invitación al acto nupcial", y de esta manera se colocaba en la invitación el nombre y apellido de la madre de la novia y solo el nombre de la novia en el lado izquierdo de la invitación, mientras que el nombre y apellido de la madre del novio y solo el nombre del novio eran colocados en la parte derecha de la invitación, tal como se presentarían ante el altar a la hora de la celebración de la boda, es decir, la novia a la izquierda y el novio a la derecha.
- Los protagonistas del evento social, es decir "Los Novios", eran: LOLA BAUTE y HÉCTOR LUNA..., Lola fue la fundadora del "COLEGIO SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS" que funcionó durante muchos años al fondo de la antigua Plaza Bolívar, y Héctor fue el fundador en el año 1940 de uno de los establecimientos comerciales de gran fama en el centro del país, el "CLUB SOCIAL EL CAMPITO" ubicado en lo que hoy es Residencias El Campito..., uno impregnó de mucha sabiduría y de gran cantidad de conocimientos a miles de charallavenses que hoy día la mayoría son padres de familia y además muchos de ellos son excelentes profesionales..., y el otro colmó de inmensa alegría y mucha diversión brindando momentos de sano esparcimiento a propios y visitantes de un Charallave que hoy recordamos con nostalgia.
- Y tal vez un detalle poco común en esa importante celebración ocurrida hace tan solo 84 años, es que la misma se realizó un día jueves, siendo lo común y tradicional en aquella época de antaño celebrarlo un día sábado, pero así es la historia cotidiana de nuestro pueblo, repleta de detalles, de alegrías y sinsabores, una historia impregnada de ese calor de su gente, de la quietud de sus calles, de aquellos amoríos de muchachos, del agradable sabor a mango de hilacha, del repicar de campanas, del inconfundible grito de "cacho a la manga" o simplemente del sonido contagioso de La Banda Pueblerina que invitaba a echar un pie en una de esas sabrosas retretas en cualquier improvisado templete de mi pueblo, de ese mismo pueblo que nos dejó un recuerdo en cada esquina.
Juan Quintana
juanjquintanag@hotmail.com