Charallave, 10/5/2022 ¡... caray comae, esa criatura suya, lo que tiene es "mardiojo", guá, lléveselo un saltico a Juan Guzmán, no jile, él se lo cura ahí mismiiiito"!!

Juan estaba siempre presto para atender a la gente del pueblo que acudía a él para "curar sus males", como por ejemplo "el mal de ojo", o la temible y peligrosa culebrilla, que según los viejos de antes, no la curaba ningún médico, o quizás los golpes o torceduras de manos y tobillos que era muy frecuente entre los jóvenes de la época, pero ¡válgame Dios! que esa torcedura no fuera producto de alguna travesura de muchachos, porque "la sobada" seguramente iría acompañada de una porción de "regaño" típico de los viejos de antes....

Pero además Juan Guzmán era muy famoso y además todo un experto en eliminar las pulgas y garrapatas que misteriosamente cundían alguna habitación o la casa completa de algún vecino del pueblo, y que según las malas lenguas era un "trabajo" mal intencionado que algún envidioso le había montado al jefe o jefa de la casa, pero de la forma que fuera, con solo dos o tres visitas que hacía "el paciente" a la casa de Juan Guzmán en La Chivera, era mas que suficiente para mitigar las penas, aplicando, claro está, su calmado y silencioso rezo, eso sí, sin cobrar ni una locha, a menos que "el paciente", agradecido por el trabajo realizado, le diera algún dulce, algo de comida, o por qué no, algunos churupitos que malosos no eran.

Fuentes Originales:

__ Pedro Martínez (sobrino de Juan Guzmán).

__ Tradición Oral.