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Salud Alternativa
Los Valles del Tuy, 27/6/2023 El 26 de junio de cada año se celebra el Día Internacional de la Lucha Contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, por lo que dedicaremos una serie de artículos para este tema, ya que es de los que más angustias genera especialmente en el seno familiar.
Sin duda, dos de las principales preocupaciones que tienen los padres se enfocan en evitar que sus hijos caigan en el consumo de drogas o en cualquier otra adicción, y la otra es qué hacer cuando se presenta esta situación en la familia.
El enfoque que tradicionalmente damos al problema de las adicciones, aparte del que dan los gobiernos como problema social o de salud pública, se orienta hacia cómo apoyar el tratamiento de la persona adicta. Pero se hace necesario un cambio de enfoque, con la propuesta de plantearse la pregunta: ¿Qué debo hacer para cambiar en mí lo que me llevó a tomar decisiones en la vida que me condujeron a criar un hijo(a) adicto(a)?
Es un cuestionamiento doloroso y difícil de aceptar pero debemos tener claro que nuestros hijos son el resultado del ambiente existente en casa, de las características del entorno social, del modelaje de los padres, del nivel educativo y socioeconómico, así como de los valores y creencias que se tengan. No perdamos de vista que encontramos hijos con adicciones tanto en los niveles socioeconómicos altos como en los más vulnerables, por lo que queda claro que el dinero no es un factor determinante en este problema.
Desde la perspectiva que brinda la Biodesprogramación se plantea que el problema de las adicciones se encuentra en tres causas fundamentales como son: a) padre o madre (o ambos) sobreprotectores, b) padre o madre ausente, indiferente, castrante o frío y c) la historia que ha vivido la familia a lo largo de generaciones, que constituye lo que denominamos el “transgeneracional”, de las que se podrán derivar otras causas circunstanciales.
Cabe aclarar que cuando señalamos a la figura de madre o padre, lo hacemos tanto desde la perspectiva real como la simbólica; es decir que podemos estar refiriéndonos a quienes que jugaron este papel en la vida de la persona con adicción, durante su niñez o adolescencia, como el caso de los abuelos, tíos, hermanos, compadres, etc.
Por otra parte tenemos el Proyecto Sentido, que explica que nuestra historia inicia meses antes de nuestra concepción, momento en el que “papá" y "mamá” acarrean una serie de creencias, temores, expectativas y frustraciones, que como una impronta, nos cargan de fortalezas y debilidades. Lo que se complementa con lo vivido junto a la madre hasta los tres años de edad, para luego, hasta los siete años, terminar de complementarse con las vivencias junto a papá y mamá, heredándonos sus esencias en las que podrán estar incluidos conformismo, miedo al abandono, no ser deseado, baja autoestima, desvalorización, etc.
En conclusión, mediante el Proyecto Sentido programamos a los hijos para que reflejen nuestros miedos, desamor, rechazos y repitan o reparen nuestros errores, hagan lo que no pudimos hacer nosotros, los comprometemos a subsanar nuestros fracasos o se comporten como esperamos que lo hagan. Los especialistas de la psicología lo dejan claro cuando nos explican que la personalidad del ser humano se forja entre los tres y los siete años, en consecuencia, si durante ese periodo el niño lo que vivió en casa fueron riñas,
maltratos, gritos, ofensas, envidias, celos, etc, ya se le ha infligido un gran daño que llevará durante toda la vida. Y con este preámbulo podremos seguir abordando la problemática de las adicciones, en la próxima entrega.
Este artículo tiene fines informativos. No debe ser considerado como forma de diagnóstico, prescripción o tratamiento médico o psicológico. Si es de su interés el tema aquí tratado debe antes consultar con el personal calificado.
Rafael EN BIO
rafael.biomagnetismo@gmail.com