-El Perfeccionismo: Se presenta cuando nos concentramos en la búsqueda incesante de la perfección. Lo que va a generar estrés y ansiedad, llevándonos a la frustración, el agotamiento y la parálisis. Ha llegado el momento de darte el permiso de fallar. Enfócate en los procesos y no en el resultado final. Aceptando la posibilidad de cometer errores y aprendiendo de ellos contarás con las mejores herramientas para combatir el perfeccionismo.

-La Procrastinación: Es la tendencia constante a posponer las tareas, dejándolas para el último momento. Tiene su origen en el miedo inconsciente al fracaso, a la imperfección y a la indecisión, metiéndonos en un círculo de estrés y baja autoestima que termina restándonos oportunidades. Superarla implica empezar con pequeños pasos, establecer metas claras y ser compasivos con nosotros mismos.

-El Síndrome del Impostor: Sentir que no se merece el éxito o que se está engañando a los demás nos puede llevar a atribuir nuestros logros a la suerte y mantenernos en un constante temor a ser vistos como un fraude, lo que puede afectar la autoestima y la motivación. Es importante que reconozcas y hagas uso de tus habilidades con confianza, y termines de aceptar el mérito que tienes.

-El Positivismo Tóxico: Aun cuando es indiscutible el valor que brinda el pensamiento positivo, el positivismo tóxico es dañino e incluso peligroso ya que nos puede conducir a tomar malas decisiones. Negar o reprimir las emociones negativas puede generar resentimiento y explosiones emocionales. Este tipo de actitud puede llevarnos a ignorar problemas reales, por lo que es importante permitirse sentir todas las emociones, validarlas y buscar apoyo cuando sea necesario, lo que será clave para un adecuado desempeño laboral. Es importante tener la capacidad de aceptar y hacerle frente a las dificultades.

-El Ego: Muy mal señalado en estos días, pero debemos reconocerlo como parte de nosotros mismos. De hecho, un ego moderado es necesario y saludable, pero uno desbordado fomenta la arrogancia y le cierra las puertas a la retroalimentación y las críticas. Practica la humildad, la empatía y la escucha activa a los demás.

-La adicción al trabajo o “workaholic”: Puede llevarnos al aislamiento social y a problemas de salud. Mantener nuestro pensamiento, atención e interés en el trabajo recurrentemente aun cuando nos encontremos fuera de nuestras labores, va a mantenernos en estado de estrés. Pon atención a esto y establece límites claros, aprende a delegar tareas y cuida de dedicar el tiempo debido a tus actividades personales.

-El Síndrome del Aburrimiento Laboral o “Boreout”: Aparece ante la ausencia de desafíos y perspectivas de crecimiento. De forma constante busca nuevas tareas, fórmate y haz la propuesta de nuevos proyectos, revitalizando así tu interés y motivación.

"Burnout" es llamado el estado de agotamiento físico, emocional y mental, consecuencia del estrés crónico. Escucha las señales de alerta (cansancio, irritabilidad, apatía). Para prevenirlo, ocúpate de tu autocuidado y busca apoyo para restablecer la motivación y las buenas relaciones laborales.

Gestionando las emociones en el trabajo estarás invirtiendo en tu bienestar y productividad. Al desarrollar las habilidades necesarias, podrás prevenir el estrés, superar los desafíos y alcanzar el éxito profesional y personal de manera concreta y sostenible

Si tienes interés en algún tema específico puedes escribirme por mis redes sociales @bio_rafael06 o al correo rafael.biomagnetismo@gmail.com y con gusto los iremos tratando.

Este artículo tiene fines informativos. No debe ser considerado como forma de diagnóstico, prescripción o tratamiento médico o psicológico. Si es de su interés el tema aquí tratado debe antes consultar con el personal calificado.

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