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Relatos de Fantasia y Realidad con Rubismar
Domingo, 25/2/2024 En los fríos páramos de la Cordillera Andina, en una tarde muy tranquila y solitaria, la caballería se detiene frente a una casa donde se escucharon repentinamente unos ladridos feroces que acorralaban a la tropa, como siete lanzas se dirigían al fiero animal. Pero al instante se escuchó una voz de mando que decía: ¡No le hagáis daño a ese animal! que es el más hermoso que he conocido.
Era Bolívar que cruzaba Los Andes, la apariencia del perro era muy extraña ya que era negro como el azabache pero tenía las orejas, el lomo y la cola blancos, muy blancos. Luego en horas más tarde, cuando Bolívar se encontraba en Mucuchíes, le informaron que un niño lo buscaba, era el hijo de Don Vicente Pino; quien le enviaba de regalo el perro: ¡El mismo perro Nevado!
Bolívar ordena a sus soldados que busquen a un cuidador para su perro, allí encuentran a un indio llamado Tinjanca, conocedor del perro quien estuvo con él desde cachorro. Nevado seguía a todas partes a Bolívar, que en poco tiempo le tomó el mismo cariño y respeto que le tenía al indio.
En el suelo de Carabobo en una de sus batallas Bolívar pierde a Nevado y a Tinjanca.
Tiempo después llegaron el indio y Nevado al ejército de Rodríguez, donde lucharon en pequeñas batallas, se dirigieron a los páramos andinos donde transcurrieron seis años en el que Bolívar y Nevado no pudieron reunirse.
Bolívar siempre guardó la esperanza de reencontrarse con su amigo y a todas partes que iba preguntaba por el paradero del perro y el indio.
Un día el batallón de Bolívar emprendió marcha hacia el Páramo de Timotes, pasando el límite de las últimas viviendas, entraron a la soledad del lugar, luego de un buen rato se escuchó una voz que decía ¡Qué viva la patria! ¡Qué viva Bolívar! Bolívar dijo: ¡Tinjanca! y en ese mismo momento fue muy emotivo el encuentro entre Nevado y Bolívar, quienes volvieron a ser inseparables por varios años.
Hasta la batalla de Carabobo, en los aires de victoria le informaron a Bolívar que el indio y el perro estaban heridos de gravedad, éste busca a su amigo y al verlo en su lecho de muerte con sus ojos de fuego, brilló una lágrima... Nevado era merecedor de aquella lágrima.
Para despedirme quiero compartirles lo que más me interesó de esta novela resumida, es la valentía de Nevado con la cual luchaba en todos los desafíos, la lealtad de Tinjanca que nunca se atrevió a abandonar a su inseparable amigo y las esperanzas de nuestro libertador Simón Bolívar que pasaron seis años y siempre buscó a Nevado.
Amigos los invito a seguir leyendo cuentos, novelas o algún tema que les guste, siempre debemos buscar otro estilo de vida diferente y si quieren un relato de fantasía o de realidad siempre contarán con Rubysmar, hasta la próxima.
Rubysmar del Carmen Valdespino Esparragoza
somosdeltuy.com@gmail.com