Yo, por ejemplo, veo al dolor como mi maestro, tal y como dice la frase.

Si analizas las experiencias dolorosas en tu vida, probablemente se han convertido en tus más grandes maestros.

Muchos leen esta columna porque han sentido dolor, o han pasado por situaciones dolorosas en alguna área de su vida: una relación, la escuela, el trabajo.

En algún momento, todos hemos sentido dolor, y en busca de información, encontraron esta columna.

Aunque no me hayas encontrado personalmente, te identificarás porque tú también has pasado por dolor en tu vida.

Quieras o no, es inevitable.

Yo no me refiero al sufrimiento, porque son cosas distintas.

El dolor es inevitable.

Es parte de la vida y hay que aceptarlo.

Habrá situaciones de dolor físico, mental y emocional.

En cambio, el sufrimiento es opcional.

Como diría mi amigo de la infancia cuando veía a alguien enojarse: "sufre el que quiere".

Qué sabias palabras para un niño de 12 años, porque el sufrimiento es opcional.

Obviamente, el dolor no se puede evitar, pero siendo más profundo en el tema, hay que reconocerlo: el dolor es nuestro maestro.

Analicemos el mundo en el que vivimos.

Nos enseñan que el dolor no debe ser parte de nuestra vida, que todo debe ser perfecto y feliz.

Nos enseñan que no debemos pasar por situaciones de dolor, sentirnos ignorados, tener hambre, ser heridos por otras personas, sentirnos amenazados.

Todo debe ser cómodo, consumiendo cosas constantemente.

Esta idea es muy peligrosa porque la comodidad equivale a la nada.

La muerte es así: observa a los muertos, cuando están en su tumba, son las personas más cómodas del mundo.

Piensa en esto, porque estás muriendo de la comodidad al no atreverte a enfrentar los desafíos.

Quiero que veas al dolor a los ojos y digas: "No sé qué voy a hacer, pero haré que las cosas sucedan".

Repítelo una y otra vez hasta que aprendas, hasta que enfrentes ese dolor y lo trasciendas.

No es que vayas a decir "voy a ir contra el dolor"; déjame decirte que no será fácil.

Pero lo mejor que tienes es que ahora sí será posible.

Yo no puedo hacerlo por ti, tú eres el único que puede hacerlo. ¿Vale la pena? Sí, vale la pena.

En el mundo de las ventas, un hombre persuasivo no es más que una transferencia de energía.

Si quieres ser persuasivo, tener influencia, no puedes serlo si no estás pagando el precio del desafío.

¿Cómo pretendes entender cómo se siente otra persona si tú no estás pasando o no has pasado por lo mismo recientemente?

No vas a conectar con las personas, porque todas las personas pasan por dolor, y eso nos hace conectar.

Cuanto más te desafíes a ti mismo todos los días, más vas a poder conectar con tu entorno, tu familia, amigos, pareja, clientes.

Entonces, la pregunta es: ¿Vas a dejar que el dolor sea tu limitación o vas a darle permiso para que sea tu maestro?

Mientras recorres tu camino como hombre estoico, si eres paciente contigo mismo, tu dolor puede ser tu más grande maestro.

Este y otros principios estoicos los podrás encontrar en la biografía de Marco Tulio

@adogel

Fuentes consultadas:

www.google.com

www.gustavovallejo.com.mx

Adolfo Gelder

adogel@gmail.com