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La historia poco contada
Los Valles del Tuy, 17/9/2022 La tarde comenzaba a caer, quizás era cerca de las cinco, no había ni calor ni frío, ni Luna ni Sol, ni playas ni montañas, ni siquiera buhoneros vendiendo cigarros detallados ni el famoso tres pasitos, no había ni Ferro, ni carritos piratas, ni fruteros, ni verduleros, y para colmo ni siquiera una taguarita de esas de mala muerte para echarse un par de birritas bien frías… pues, no había pero lo que se llama nada, nada… eso estaba íngrimo, solo, ni un alma se veía en el firmamento, pues claro, estábamos en las cercanías del Cielo, sí, tal como lo leen, estábamos cerquita de la entrada principal del Cielo… el silencio era total, parecía algo así como un toque de queda después de una intentona golpista, sooooolo.
Pero allá, a lo lejos, un hombre alto, flaco, de inmensas orejas sobre las cuales sostenía unos lentes de montura oscura, casi cuadrados al estilo de Renny Ottolina; el tercio aquel era un individuo de joroba incipiente pero con traje de etiqueta cual Testigo de Jehová un domingo en la tarde, es decir, emperifollado de paltós y corbata, venía caminando a pasos cortos a pesar de sus largas piernas, estaba como aquella película de los años 70, “Perdidos en el espacio”, pues, era nada más y nada menos que Víctor Delgado, “Noche Joven”... de repente detiene su marcha, y con su dedo índice derecho ajusta un poco los modernísimos lentes para poder ver con más claridad, y se queda casi que extasiado mirando con gran asombro un inmenso letrero fosforescente que decía lo siguiente: “you're reaching heaven", algo así como: “Ud. está llegando al Cielo”, claro, el susodicho Víctor, sabía perfectamente lo que significaba, el inglés para él era “pan comido”, lo había aprendido en el Instituto Maracaibo de Ocumare del Tuy, a los matracazos, pero lo aprendió… Víctor no sabía qué hacer, si seguir de largo o atreverse a dar el paso y tocar la monumental puerta del Cielo, pero finalmente decidió por lo segundo, aunque el inmenso portón no tenía timbre, ni manilla para golpear, solo una gran cerradura con un agujero tan grande que casi cabía la cabeza de Víctor…
Con cierto temor se acercó al agujero y comenzó a llamar: “Eyy, buenas tardes” y el eco le devolvía rápidamente las últimas sílabas de su llamado: “rdes, rdes, rdes…”, soy yo, Víctor Delgado”… ”ado, ado, ado, ado”, “mi compadre”, “adre, adre, adre, “soy de Charallave”… ”ave, ave, ave, ave,” soy Noche Joven, “oven, oven, oven”, y en eso, comienza a abrirse lentamente el portón y aparece un hombre alto de chiva, con un pergamino en una mano y en la otra un inmenso manojo de llaves, cual competencia del “Mega Mach por Venevisión”, era San Pedro, sí, el mismo que viste y calza, dueño y señor de las llaves del Cielo, Víctor no dudó ni un segundo en hablar con él, se acordó rápidamente de las clases de “dominio de escena y pérdida del miedo escénico” que les había dado Domingo Barile cuando ambos animaban las Veladas Culturales los domingos matutinos en el Salón Parroquial.
VÍCTOR: Excelentísimo señor, soy Víctor Delgado, para servirle.
SAN PEDRO: Soy San Pedro, dígame Ud. sr Delgado, ¿cómo puedo ayudarlo?
VÍCTOR: Bueno excelentísimo San Pedro, pero si Ud. no tiene ningún inconveniente puede decirme simplemente “Noche Joven”, es que así me dicen en mi pueblito Charallave.
SAN PEDRO: Lo sé, lo sé, lo sé, ¿qué es lo que nosotros no sabemos aquí en el Cielo?, pues lo sabemos todo.
VÍCTOR: Bueno, es que yo venía pasando por aquí y vi que estas eran las puertas del Cielo, bueno, me paré y llamé para ver si Ud. necesitaba de mis servicios, claro como Ud. sabe excelentísimo San Pedro, pero disculpe el abuso, y de verdad perdóneme, pero ¿puedo decirle Pedro o Pedrito?
SAN PEDRO: Claro que sí, está bien,
VÍCTOR: ¿viste?, yo sabía que íbamos a ser amigos, mi amigo personal, mi cooooompadre… bueno panita Pedro, hermano querido, hermanazo del del alma, como tú sabes soy un excelente actor, declamador, maestro, vendedor, poeta, bailarín, cuentero, chistero, animador de velorios, cargador de santos, monaguillo, rezo el Rosario, atrilero de orquestas, como decimos allá abajo en mi pueblo, soy un “Todero Profesional”, si tu prefieres mi hermano querido pide referencias mías donde quieras, aunque aquí en el Cielo hay un montón de amigos de Charallave, amigos de la cultura, amigos de farra, colegas maestros, figúrate hermanazo del alma que aquí tú tienes a Pablo Castro, José Alvarenga, al maestro Jesús Fernando Pérez, a Josefina Otamendi, esos eran mis grandes amigos allá abajo, ah claro, y también tienes aquí al Negro Félix Makeba, mi hermano querido…
SAN PEDRO: ujum, Noche Joven, entonces, dígame qué quiere, vayamos al grano que ya debo cerrar las puertas…
VÍCTOR: Bueno hermanazo Pedro, mi compadre, mi amigo personal, quiero que me hagas una segunda, sabes que estoy pegado, no consigo chamba por aquí arriba y quería pues que me dieras el chance aquí contigo.
SAN PEDRO: bueno, bueno, bueno… Sr. Noche Joven, déjeme echarle un vistazo a su historial… a ver a ver, buen actor, me parece excelente, con su actuación hizo que mucha gente la pasara muy bien; buen amigo; buen maestro, o mejor dicho extraordinario maestro, eso le agrada a Dios, muy bien, muy bien, está bien todo; peeeeero aquí dice que te echabas tus palitos… ¿qué me dices?
VÍCTOR: Mi compadre eso está transmutado, tiempo pasado, periódico de ayer, caput se finí, llévatelo bien lejos, eso era en otra época, lo que un día fue no será… pues mi hermano querido, eso era antes, ya estoy convertido, soy hombre nuevo.
SAN PEDRO: Bueno, bueno, interesante, déjeme entonces consultarlo con mi superior, ese es quien todo lo decide.
VÍCTOR: ¿Y quién es tu superior?… ¿Dios? pero hermanazo si ese es mi coooompadre, mi curruña, mi amigo personal, ese es uña y sucio conmigo, el andaba conmigo para arriba y para abajo, nunca pero nunca me abandonó, hasta en los últimos momentos de mi vida que yo pensaba que no estaría conmigo, ahí estaba mi compadre, conmigo al pie del cañón, en las buenas y en las malas como los buenos amigos, figúrate tu Pedrito que hasta me ayudó a subir hasta aquí, hasta donde estamos ahorita.
SAN PEDRO: Ok, ok, ok, está bien, casi que me convences Noche Joven, déjame decirte que me has caído muy bien, eres muy natural y eso también le agrada a Dios, vamos a hacer algo, como ya es casi de noche, te quedarás conmigo hoy aquí para que no estés por ahí a la intemperie… pasa, pasa adelante, ya te ubico una habitación…
VÍCTOR: ¡mi compadre!, ¡mi amigo personal!, sabía que no me ibas a dejar morir, ¡LA NOCHE ES JOVEN!... esto hay que celebrarlo hermano del alma… dime algo aquí entre tú y yo, ¿no habrá por ahí una friíta?
SAN PEDRO: ...shhh, shhh, pero encapilladitos… shhh, shhhh, encapilladitos… shhh, shhh, solo entre tú y yo.
PD: Existen muchas maneras de recordar a nuestros personajes, Víctor Delgado, conocido por todos como “Noche Joven” fue uno de esos talentosos hombres de nuestro pueblo, con miles de ocurrencias a flor de piel y un sinfín de anécdotas propias de un extraordinario hombre de teatro, con un talento incalculable, con infinidad de anécdotas y ocurrencias que quedarán siempre en la memoria de quienes lo conocimos, tal vez, eso que algunos han llamado el destino, le hizo una mala jugada, jugada de la cual ninguno de nosotros estará exento jamás.
El autor en ningún momento ha pretendido ofender la memoria de nuestro amigo y coterráneo “Noche Joven”, a quien respetó y admiró siempre, solo quiso trasladarse, aunque de manera incógnita, a un lugar desconocido por todos llamado el Cielo, y ver a nuestro personaje “Noche Joven” con sus ocurrencias de siempre, entablar una conversación muy coloquial, tal como solo él sabía hacerlo, con el hombre de las llaves del Cielo, con San Pedro, lo demás ya es historia…
LA NOCHE SIGUE SIENDO JOVEN,,, SHHH, SHHH, SHHH.
Juan Quintana
juanjquintanag@hotmail.com