Dora recuerda que trabajó en el área de Psiquiatría durante 8 años, luego la cambiaron al servicio de enfermedades infecciosas de niños, estando allí es donde se enferma. Al principio los médicos pensaron que fue producto de una bacteria que contrajo en el área laboral, después de muchos exámenes y pruebas para diagnosticar la enfermedad que la aquejaba y su origen, gracias a un exámen que le realizaron fuera del país, se enteró que padece la enfermedad que le ocasionará dificultad para caminar, entre otros malestares.

Cuando le interrogamos sobre su vocación de enfermera nos comenta: “Como buena enfermera no he abandonado mi oficio, aquí en la comunidad sigo cumpliendo con mi labor cada vez que alguien lo requiere, colocar algún tratamiento, inyección, toma de tensión, orientación o ayuda acerca del Hospital Clínico Universitario de Caracas en donde trabajé. Hasta este momento, gracias a Dios que me ha dado vida y salud, sigo ayudando a las personas mientras yo pueda”.

El no contar con una secuencia en una sala de rehabilitación, considera que ha sido lo más complicado que ha tenido que enfrentar hasta el momento, situación que le ha impedido mantener ese proceso de rehabilitación que contribuya a su bienestar frente a la enfermedad que presenta.

También nos comenta que lo más gratificante es cuidar a sus nietas, pese a no poder laborar como antes, la crianza de sus nietas la hace sentir que ha realizado un gran trabajo: “Yo creo que una mujer para estar y ser feliz, debe lograr todas las metas que se ha propuesto. Yo sigo teniendo sueños, más cuesta arriba pero sigo soñando. Ver a mis nietas realizarse, estudiar, ser unas profesionales ha sido mi sueño, que paso a paso veo cumplir”.

En esta nota especial nos gustaría transmitir un mensaje a todas las mujeres de Los Valles del Tuy y a todas las que nos lean en cualquier parte del mundo: “Mi mensaje para las mujeres es que se superen, que no dejen de soñar, que cumplan sus metas, que sean constantes, que nunca abandonen. Que no dependan de una persona, estudiar, conseguir un buen empleo para no depender de nadie más. Las mujeres somos guerreras, podemos cumplir nuestras metas que antes no se podían, ahora hay más posibilidades. Estamos empoderadas y podemos seguir cumpliendo nuestras metas, ciertamente las cosas no son fáciles, pero tampoco imposibles”.

Estamos de acuerdo con ese mensaje lleno de sabiduría y experiencia, por lo que también nos gustaría llegar a todas las personas que presentan algún tipo de discapacidad y a los que no: “Hace un tiempo me invitaron a una actividad de los niños con cáncer en el Parque Ferial de aquí de Ocumare, también me realizaron una entrevista y me gustó ver a las mamás apoyando a sus niños. Por lo que me gustaría que se ayudara más a las personas que tenemos algún tipo de discapacidad, que todos tuvieran un poco más de empatía con nosotros y con los adultos mayores en general. Falta más consideración en diferentes áreas, por ejemplo en el transporte público, cuando nos tenemos que trasladar, subir o bajar de una camioneta. Ponerse en el lugar del otro y ayudarlo, porque seguro le cuesta desplazarse y requiere de esa mano amiga. He tenido la suerte de que colectores o choferes se paren y me ayuden, digo yo que deben tener a un familiar en las mismas condiciones y por eso saben que muchas cosas nos cuestan un poco más que a las otras personas”.

Desde Somos del Tuy nos sentimos contentos y felices por conocer a la señora Dora y por permitirnos que todos nuestros lectores conozcan sobre su historia, retos y formas de sobrellevar las situaciones. Aquí cabe la expresión “al mal tiempo, buena cara”, una señora que transmite buena vibra con su sonrisa. Le deseamos vida y salud, que Dios la siga bendiciendo con mucha paz, tranquilidad y amor ¡Gracias por ser una Mujer Venezolana!

Luis González

lgonzalez1604@gmail.com