La persona que es recriminada con culpas se convierte en el chivo expiatorio, no solo se puede tratar de una persona, también puede ser un grupo de personas a quienes se culpabilizan de algo independientemente de su inocencia, sirviendo así de excusa a los fines del inculpador. En la familia se pueden presentar ambos, por ejemplo, ser hijos de diferentes padres, por tener menos posibilidades económicas, por tener otro color de piel, las causas pueden ser infinitas.

Lo más perturbador y triste es el castigo al que se someten y la indiferencia, humillación, aislamiento, golpes y en algunos casos hasta violación por perpetradores, que son seres oscuros sin alma, esos padres, primos, tutores, tíos que castigan sin piedad; envidiosos, calculadores, cínicos, cualquiera puede ser el látigo para el chivo expiatorio, transferir culpas de almas rotas y frustrados carentes de empatía.

Cuando se asigna a un niño este rol, automáticamente los demás miembros se quitan de encima toda responsabilidad por sus propios comportamientos y también, por cualquier problema que aparezca en el núcleo familiar. Un padre o madre narcisista utilizan el método de desviar la atención y de dar sentido a las desgracias que ocurran, sin renunciar al papel del progenitor perfecto y esto no solo de cara a los demás, sino a sí mismo.

Ser el rebelde, rarito, distinto, descarriado, son infinitos los adjetivos para denominar a la oveja negra, y en muchos casos les toca convivir sin elegirlo y con la permanente sensación de no encajar, de tener algo defectuoso en ellos; otros miembros pasando por encima, se escudan para brillar son muchos los casos de familiares, amigos o en el trabajo donde se presentan.

Tenemos el caso de un adolescente, de quien sus padres se quejan constantemente de que su conducta afecta a la familia, pero cuando se les propone ir a una consulta se niegan argumentando que el problema lo tiene el chico, es muy probable que este muchacho sin saberlo mantiene unida a su familia.

Otro ejemplo más triste y lamentable es el de la persona que ha sufrido un abuso sexual por parte de alguien de la familia e inmediatamente o años después se revela el secreto, entonces el clan no solo desconfía sino además trata a la víctima de, loca, paranoica, mentirosa y todo por mantener un falso equilibrio en el sistema.

Otros perfiles muy socorridos, quienes sufren algún tipo de trastorno mental o tienen comportamientos alejados de lo socialmente aceptado. A menudo se elige para este rol a personas diferentes y cuya manera de pensar difiere del resto de su círculo social o familiar, en lo que se refiere a ideas políticas, orientación sexual, carácter y aspecto físico, etc.

¿Qué niño tiene más posibilidades de recibir el rol de oveja negra? puede ser el que menos aspectos tenga en común con sus padres, en cuanto a personalidad o intereses, el más brillante o con más posibilidades de eclipsar a uno o ambos progenitores, el que tiene más tendencia a la depresión o el más invisible; estas familias justifican sus procesos a costa de la destrucción de la autoestima y la resiliencia de estos niños perdidos que quedan inertes frente a depredadores en la vida adulta.

Una oveja negra es objeto de envidias profundas por quienes cuestionan las normas, su papel es necesario, actúan de forma diferente crean perturbación, obligan al sistema a movilizarse. Por un lado, ponen en evidencia los puntos débiles del grupo, por otro, lo enriquece al aportar nuevos valores y perspectivas a aquellos que desde pequeños van en contravía de los caminos marcados por las tradiciones familiares, son los llamados a liberar el árbol de historias repetitivas, reparan, desintoxican su locura, es agua que nutre su terquedad, se levantan con fuerza y brillan con luz propia.

Ambos sufren en sus tipos de roles, pero es más factible que una oveja negra se enfrente, sea independiente y no soporte las represiones familiares, mientras que, el chivo expiatorio es vulnerable, inseguro y se deja pasar por encima, hasta ser anulados, solo por decisión propia, dando un alto alejándose y dándose su valor real, buscando superarse dándose seguridad empoderándose es posible que salga de ese círculo devastador y se regenere como el ave fénix.

Leila Castillo

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