Con un repertorio variado, las distintas agrupaciones regalaron sus dones y talentos a quienes asistieron y disfrutaron de un momento celestial, no sólo por el lugar en el que se realizó el encuentro, sino por lo que cada uno de los intérpretes ofreció dentro de los temas que escogieron y obsequiaron a los presentes.

Lo angelical de las voces infantiles se mezcló con la dulzura de las voces femeninas y la fuerza de las voces masculinas. Toda una amalgama de tonos y matices se unieron para ofrecer un "platillo musical" a quienes acompañaron con su presencia, la puesta en escena.

Un evento que invitó a la conexión, quizá sin proponérselo, con la espiritualidad propia de estos días, que no es otra que celebrar la vida de aquel que nació para dar vida: el Niño Dios. Al finalizar, la expresión de lo que deben ser estos días decembrinos, Unión y Fraternidad, se hizo evidente a través de un Canto Común de todos los coralistas participantes; lo cual, dejó abierta la posibilidad de seguir avanzando en el cultivo del amor hacia este tipo de expresiones culturales que ofrecen paz y calidez en medio de las turbulencias de la cotidianidad.

Lic. Humberto Luque M. CNP 10.348

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