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Educación y Salud
Martes, 14/11/2023 Entendemos por alcoholismo la adicción o dependencia a las bebidas alcohólicas, debido a la satisfacción que la persona consumidora siente que le genera y de la que supuestamente no puede separarse.
Debemos tener claro que el alcohol es una droga depresora del sistema nervioso y que, aun cuando es legal, es la que cuenta con los mayores índices de consumo problemático y dependencia por lo que, junto al tabaco, es la principal droga de inicio, además de catalizar el empleo de otras drogas o sustancias de uso indebido.
La adicción al alcohol es de las más difíciles de superar ya que además de la fuerte necesidad de ingerir la sustancia, viene acompañada de una dependencia física que se manifiesta mediante síntomas del síndrome de abstinencia en verdad terribles. Sin dejar de lado el descalabro económico y sufrimiento que genera en el grupo familiar, lo que puede tener incluso repercusiones transgeneracionales.
Desde la Biodesprogramación Emocional, las adicciones en general se relacionan con conflictos de protección y con la madre. En el caso de las personas alcohólicas, en gran porcentaje tienen o han tenido “madres tóxicas” o castrantes, quizás han sido abandonados por ellas (de forma real o simbólica), por lo que se han visto privados de ese amor o alimento emocional necesario para llegar a la adultez saludablemente y lograr ser personas independientes y libres.
No perdamos de vista que el inicio en el consumo de alcohol, por lo general tiene su origen en fiestas u ocasiones alegres. Lo que queda grabado y de allí que asociemos el beber alcohol con “recuperar esa fiesta y alegría” que la realidad no logra cristalizar, por lo que el beber tiene el sentido biológico de huir y olvidar una realidad que se considera inaceptable, así como evadir las responsabilidades físicas o afectivas, por sentir incapacidad o impotencia ante ellas. En la persona alcohólica vamos a encontrar profundos miedos a la soledad, así como también a ser herido (otra vez) y no ser protegido.
En estos casos, también podremos encontrar la necesidad de resistirse a la autoridad (sobre todo paterna), de tratar de llegar al padre mediante la madre o a tratar de encontrar la forma de mostrar verdades ante la familia que en condiciones normales deben ser calladas, por temor de revelarse como realmente se es (recordemos el dicho “borracho no dice mentiras”).
No perdamos de vista que la persona alcohólica está enferma y el tratamiento médico o psicológico especializado contará con un gran apoyo si se logra incrementar la disciplina personal y la fuerza de voluntad que proporcione el convencimiento de que se es capaz de construir una vida nueva en la que no haya espacio para el alcohol. Que se magnifique la importancia de vivir el “aquí y ahora”, valorándose, amándose y aprobándose.
Este artículo tiene fines informativos. No debe ser considerado como forma de diagnóstico, prescripción o tratamiento médico. Si es de su interés el tema aquí tratado debe antes consultar con el personal calificado.
Rafael EN BIO
rafael.biomagnetismo@gmail.com