Mientras tanto, papá o mamá va perdiendo los estribos antes de tiempo y con un 0800-PSICÓLOGO encuentran la solución a sus angustias antes tomar los correctivos pertinentes, o tomar la iniciativa de indagar y sentarse con los "protagonistas del caos" para preguntarles al menos ¿qué está pasando? y ¿cómo se puede ayudar?

"Muchacho chiquito, problema chiquito. Muchacho grande, problema grande".

Así reza una expresión popular de la jerga venezolana y ¡qué tan cierta es! Particularmente siempre he dicho que los hijos no piden venir al mundo y si llegan es por un propósito de vida. Ser padres implica bastante en todo el sentido amplio de la palabra, no es una decisión que se toma a la ligera porque los hijos no se congelan en una edad específica, por tanto, ellos crecen, se desarrollan y se desenvuelven en la vida de la manera en que papá o mamá los críe.

Lastimosamente vivimos en una sociedad que así como ofrece te quita, a veces quisiéramos guardar a nuestros hijos en una burbuja para que no activarán sus cincos sentidos en maldad, vicios y malas personas, pero ¡qué difícil es!

A veces, toca hablarle las cosas antes de tiempo, sin adornos, para que entiendan antes de que escuchen por otro lado y de forma ejemplificada; toca prepararlos para un mundo que en su gran mayoría es maldad, toca soltar pero confíar al mismo tiempo con el Dios en la boca y, aún así, regresan a casa copiando patrones, dejándose llevar por terceros y su poca inocencia se va desvaneciendo, hasta que se vuelven intolerantes a todo y por ende se nos escapa de la mano aquel niño que un día fue.

A ti papá y mamá... te propongo estas posibles recomendaciones para tu adolescente en casa: antes de actuar drásticamente con tu hijo o hija, primero recurre al diálogo, recuerda siempre que la clave está en no perder la cordura cuando ellos se hacen los incomprendidos; tantea siempre cómo puedes abordarlo para que te cuente sus cosas poco a poco (ganar confianza), escúchalo siempre cada vez que necesite de ti y evita ignorarlo por muy ocupado que estés. A lo mejor correrás con la suerte de que ese "adolescente rebelde" baje los niveles de euforia y fluya contigo amenamente, llegando a acuerdos significativos para un ganar-ganar.

¡No todo está perdido, la batalla se gana peleando hasta el final, habla con tu adolescente pero también escúchalo!

Lic. Mary Gil, CNP 20.589

mariangelgilzamora@gmail.com